Principios de Fonoaudiología,
2011
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VOZ
![]() Descripción del área
EL fonoaudiólogo cumple, en el área de la voz, un rol preponderante con respecto al cuidado, educación y reeducación vocal, además terapia en caso de presentar trastornos de la voz, sin olvidar que muchas veces es recomendable un equipo multidisciplinario (en lo que se conoce como terapia ecléctica) (Scivetti, s.f.; Barrera, Araya, 2000 ). Además de esto, el fonoaudiólogo dedicado al área de la voz debe ser capaz de enseñar técnicas adecuadas de uso de la voz en distintos ámbitos de desempeño, de manera que pueda asesorar a los profesionales de dichas áreas (De Barbieri, 1999).
La población a la que atiende el área de voz es bastante general, dada la poca importancia relativa que se le asigna por parte de un porcentaje mayoritario de la población (Pérez, 2001); Sin embargo, escapan a este caso los profesionales que tienen en la voz a su principal instrumento de trabajo, como es el caso de actores, locutores, y cantantes, a los que se agregan una multitud de profesionales que dependen en algún grado de su voz: entrenadores deportivos, políticos, oradores, profesores, sacerdotes, predicadores, conferenciantes, abogados, telefonistas, etc., quienes pueden beneficiarse de los conocimientos de articulación, pragmática, manejo de la voz y oratoria que puede brindarle un fonoaudiólogo (Bustos, 2003; De Barbieri, 1999). Las patologías de las cuales se ocupa el área de voz están dadas por alteraciones de parámetros de la voz (timbre, intensidad, etc.); según Casanova (2003) dentro de las señales relativas a estos parámetros que insinúan un cuadro de disfonía se encuentran: -La existencia de un cambio en la calidad tímbrica de la voz, de manera que perceptivamente se la nota más oscura, más rasposa, etc., o radicalmente diferente a la de personas de nuestra misma edad y sexo, aunque la consideremos “nuestra voz de toda la vida”. -Fatiga o cansancio vocal a lo largo del día, incluso si no se hace un uso intensivo de la voz. -Cambios en la altura tonal: la voz se vuelve más grave o más aguda, generalmente acompañado de una pérdida de intensidad, así como dificultad para ser oído en la distancia y pérdida de la capacidad para hacernos oír en espacios abiertos y/o ruidosos. Por otro lado, las disfonías suelen agruparse según su causa –esto es, etiológicamente- de la siguiente manera (García- Tapia, Cobeta, 1996): I. Disfonías de causa orgánica: a) Congénitas. b) Adquiridas: 1. Traumáticas. 2. Inflamatorias. 3. Neoplásicas: benignas, displasias epiteliales, malignas. 4. Endocrinológicas. 5. Neurológicas. 6. Post cirugía laríngea. II. Disfonías de causa funcional: a) Habitual: 1. Hiperfuncional. 2. Hipofuncional. 3. Trastornos mutacionales. 4. Disfonía ventricular. b) Psicógena: 1. Neurosis. 2. Síndrome de conversión. 3. Conflicto psicosexual. 4. Disfonía puberum. 5. Trastornos ficticios. III. Disfonías de causa psiquiátrica 1. Esquizofrenia. 2. Afectivas: Trastorno bipolar. 3. Otras. Las disfonías orgánicas de base funcional suelen presentar lesiones relativamente comunes dentro de las cuales podemos contar los nódulos, pólipos, edemas de Reinke y granulomas (o úlceras de contacto); amplían la gama de trastornos los hematomas y parálisis de las cuerdas vocales, la disfonía músculo tensional, la puberfonía, disfonía conversiva, laringitis crónica y los quistes intracordales. Cabe acotar que, al afrontar el tratamiento de las patologías mencionadas, el fonoaudiólogo debe tomar en cuenta variados factores (orgánicos, estructurales, asociados al entorno y hábitos fonatorios) a fin de poder utilizar distintos enfoques (terapia sintomática, psicogénica, etiológica o ecléctica) para lograr la mejoría del paciente (Scivetti, 2003).
El campo laboral del fonoaudiólogo en Chile se basa principalmente los ámbitos de educación y salud, aunque también existen algunos profesionales que trabajan en el ámbito artístico y, dado el aumento de universidades que imparten la carrera, otros tantos que se han dedicado al ámbito académico (Martínez, et al., 2006). En el sector salud, el fonoaudiólogo se desempeña en los servicios de atención secundaria y terciaria, en las áreas de otorrino, neurología y salud mental, ya sea ejerciendo labores ejecutivas y de supervisión, como labores subordinadas, muchas veces integrando equipos multidisciplinarios para el tratamiento de las patologías (Barrera, Araya, 2000). En el sector de la educación, y debido a la entrada en vigencia de normativas con respecto a la educación de niños con algún tipo de discapacidad o necesidad educativa especial (Ley 20422, “que establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad”), se potencia la idea de las escuelas de integración, en dónde se acoge a estudiantes con deficiencia mental, déficit visual, déficit auditivo, déficit motor, graves alteraciones en la capacidad de relación y comunicación (autismo) y TEL, debiendo los establecimientos que atiendan los dos últimos trastornos contar obligatoriamente con un fonoaudiólogo (Barrera, Araya, año revista de fono), al igual que las escuelas de lenguaje (Martínez, et al., 2006).
Historia del área en Chile y en el mundo En el siglo XVII, Girolano Fabricius d’Aquapendente publica sus obras más importantes: “De Laryngis Vocis Instrumento” (1660); De Locutione et ejus instrumentis (1601) y “De Brotorum loquela” (1603), referentes a la fisiología y mecanismo fonador de la laringe, investigaciones que serían de cierta manera continuadas por Martin Mersenne, quien describe la fisiología de la articulación en su “Traité d’harmonie universelle” (1627) (Fernández, Vázquez, Marqués, García Tapia, 2006). En 1680 Claude Perrault publica su “Tratado del ruido” (Du bruit (et) de la musique des anciens”, donde compara la voz humana con instrumentos de verberación. En la misma línea, Denis Dodart presenta ante la Real Academia de Ciencias de Paris una memoria sobre la voz y su regulación tonal, donde destaca la identificación del ligamento vocal como indispensable para variar la tensión de las cuerdas, e identifica la laringe con los instrumentos de lengüeta al concluir la relación entre elongación de las cuerdas vocales y la frecuencia que producen.
En 1955 surge la idea, a partir de inquietudes de un grupo de Médicos Otorrinolaringólogos del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, de formar un profesional especializado en problemas de comunicación oral. Entre 1956 y 1958 se realizó el primer curso de fonoaudiología, en el cual participaron como docentes médicos otorrinolaringólogos de la U. de Chile y dos fonoaudiólogas argentinas. En el año 1958 egresa el primer grupo con el título de “Fonoaudiologistas”. Esta actividad estuvo en receso hasta 1972, cuando se abre la Carrera de Fonoaudiología en la Universidad de Chile con un currículo con orientación técnica y de colaboración a la función del médico. En septiembre de 1973 se cerró la carrera temporalmente. Su apertura definitiva se realizó en 1974. En 1981 y en 1990 se realizaron modificaciones al currículo para responder de modo más efectivo a los nuevos lineamientos del profesional. En 1995 se pone en marcha un nuevo currículo, se agrega un quinto año y se otorga el grado de Licenciado en Fonoaudiología (Martínez, et al., 2006). Estado actual del área en Chile y el mundo El área de voz, en el caso de Chile, sigue siendo un área poco explorada, y la cantidad de profesionales que se dedican en exclusividad a ella, al menos dentro de la fonoaudiología, sigue siendo una proporción pequeña. Estos profesionales se suelen dedicar a la investigación, docencia y terapia, manteniéndose dentro de sus campos antes mencionados. En el mundo, en tanto, se sigue investigando en los más diversos ámbitos y centros especializados, como es el caso del National Center of Voice and Speech, en Estados Unidos. Proyecciones del área El área actualmente se encuentra en una fase bastante potencial (Pérez, 2011), puesto que el campo que abarca es amplio, y tanto las investigaciones como las teorías y público al que atienden se amplían a medida que se toma conciencia del valor de la voz y su potencial comunicador en la vida diaria, cambio de conciencia que constituye, según Pérez, parte importante de la labor actual del fonoaudiólogo de ésta área. Barrera, J.; Araya, C. (2000). Análisis del campo ocupacional del fonoaudiólogo. Revista chilena de fonoaudiología, 2 (3), 5-13. Bustos, I. (2003). Voz, cuerpo y comunicación. En I. Bustos (ed.), La voz: la técnica y la expresión. Barcelona, España: Paidotribo. Casanova, C. (2003). Elementos del tratamiento foniátrico de la voz. En I. Bustos (ed.), La voz: la técnica y la expresión. Barcelona, España: Paidotribo. De Barbieri, Z. (1999). Perfil profesional del fonoaudiólogo chileno. Revista chilena de fonoaudiología, 1 (2), 5-9. Fernández, S.; Vázquez, F.; Marqués, M.; García- Tapia, R. (2006). La historia de la voz. Revista de medicina de la Universidad de Navarra, 50 (3), 9-13. García- Tapia, R. Cobeta, I. (1996). Diagnóstico y tratamiento de los trastornos de la voz. Madrid. Garci, S.A. Martínez, L.; Cabezas, C.; Labra, M.; Hernández, R.; Martínez, L.M.; Cerutti, M.; Malebrán, C. (2006). La logopedia en Iberoamérica. En: Actas del XXV Congreso de Logopedia, Foniatría y Audiología. Granada, España. Recuperado de: http://mtl.fonoaud.utalca.cl/docs/abril_2006/nuevos/Iberoamerica_LMartinez.pdf Pérez,R.,(Entrevista personal,12 de Abril de 2011) Scivetti, A. (2003). El sustrato anatómico y funcional de la voz profesional. En I. Bustos (ed.), La voz: la técnica y la expresión. Barcelona, España: Paidotribo. Videos relacionados: Impedancia de tracto vocal: http://www.youtube.com/watch?v=lmtFRStzxX0&feature=player_embedded Estructura de la laringe y ciclo vibratorio de las cuerdas vocales: http://www.vozprofesional.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=76 |
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